EL CABALLERO OSCURO: LA LEYENDA RENACE. Dirección: Christopher Nolan. Guión: Christopher y Jonathan Nolan (personajes de Bob Kane) Fotografía: Wally Pfister Música: Hans Zimmer. Intérpretes: Christian Bale, Anne Hathaway, Tom Hardy, Gary Oldman, Joseph Gordon-Levitt, Michael Caine, Morgan Freeman, Marion Cotillard, Mathew Modine, Cillian Murphy, Liam Neeson.
Además de ser el autor de grandes películas como "Memento" y "Origen", Christopher Nolan pasará a la historia del cine por elevar la saga cinematográfica de Batman a lo más alto. Las anteriores películas del héroe, iniciadas por Tim Burton, habían derivado en lamentables payasadas en sus dos últimas entregas a cargo de Joel Schumacher. Nolan devolvió a Batman su dignidad en dos grandes films de acción y entretenimiento: "Batman begins" y la encumbrada "El caballero oscuro". El director consiguió aunar al público y la crítica de tal manera que por vez primera, una película de superhéroes en toda regla recibía las más altas consideraciones de las opiniones supuestamente especializadas. La seriedad de su puesta en escena consiguió enterrar el prejuicio de estar ante una película de un hombre disfrazado de murciélago.
Anne Hattaway
Tom Hardy
Ahora ha llegado el momento de cerrar la trilogía con "El caballero oscuro: la leyenda renace" y se retoman nuevamente las virtudes de sus predecesoras: el buen gusto en la ambientación y el diseño de producción; las impecables escenas de emoción y suspense; así como la grandilocuencia de los mejores espectáculos cinematográficos. Nolan consigue humanizar y dar credibilidad a sus personajes, lo que resulta meritorio teniendo en cuenta lo fácil que sería caer en la mera caricatura. A esta inyección de seriedad y rigor contribuye un entregado reparto plagado de grandes intérpretes .
Esta tercera entrega es un estupendo broche final para la saga que, sin embargo, no llega (por muy poco) al nivel de sus predecesoras. La excelente concisión y ausencia de excesos de su primera entrega o el carisma de "Joker" en la siguiente, pesan demasiado. Su enrevesada trama no puede evitar pequeñas trampas que son más propias de una película de acción del montón: esas casualidades vergonzantes o esas parrafadas explicativas de los villanos para que los "buenos" tengan más tiempo para controlar la situación, se podrían haber ahorrado aligerando un poco el argumento y el metraje.
A pesar de ello, una vez digerida, lo que permanece en la memoria no son sus contados altibajos sino sus numerosas escenas magnificamente orquestadas por Nolan, esos momentos de tintes épicos que conmueven y hacen vibrar al público. En definitiva, un gran espectáculo de acción y una película notable.