Años 60, una familia que va a inaugurar una casa de huéspedes en una impresionante zona rural de Argentina, conoce a un médico de origen alemán quien se ofrece como primer inquilino. El interés del nuevo personaje por las condiciones físicas de una de las hijas de la familia, así como por el embarazo de la madre, resulta chocante en un primer lugar. A medida que van entablando relación con el forastero, van descubriendo su obsesiva fijación por la perfección, lo que despertará las peores sospechas. Con esta premisa, uno ya sabe por dónde van a ir los tiros y aún así, la directora Lucía Puenzo, sabe meternos en su historia de tensión creciente y pausada. La primera parte de la película cuenta con una perfecta introducción de los personajes, y asistimos con interés al desarrollo de una trama que cada vez es más y más turbia.
A esta acertada narración, añadimos el inquietante trabajo del español Álex Brendemühl y los espectaculares paisajes en los que transcurre el film. Todo funciona a buen ritmo hasta su último tercio, donde sin que quede ningún cabo suelto, el desenlace parece suceder de manera precipitada y aparatosa. Un apresuramiento narrativo que estropea el conjunto del film, como si algo impidiera a su autora pasarse de los 90 minutos.
Álex Brendemühl en un gran papel.
La directora Lucía Puenzo, quien destacó con su premiado debut "XXY" en 2007, compone un film interesante y correcto al que se le podría haber sacado algo más de partido. "El médico alemán" es la candidata argentina para los Oscars de Hollywood, una elección comprensible por el tema y el personaje que trata. Sin embargo y a riesgo de equivocarme, no la veo yo entre las cinco afortunadas.
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