DE TAL PADRE, TAL HIJO. Dirección: Hirokazu Koreeda. Intérpretes: Masaharu Fukuyama, Yôko Maki, Jun Kunimura, Machiko Ono, Lily Franky.
El director Hirokazu Koreeda, que ya abordó el tema de la infancia en la magnífica "Nadie sabe", nos adentra en la vida de dos familias cuyos hijos fueron intercambiados al nacer. Lo más grave de este conflicto es que la noticia les llega cuando ambos niños ya han convivido seis años con la familia errónea. A partir de este momento, asistimos a cómo cada uno de los diferentes progenitores va afrontando el problema e intentan llegar a una solución consensuada. Los protagonistas y sus inquietudes se ofrecen al espectador de una manera bastante creíble y sus personajes están bien matizados. Poco a poco la película va ahondando en la problemática de cada uno centrándose en una interesante reflexión que pone en la balanza lo que heredamos y lo que compartimos en vida. El filme, premio del jurado en Cannes 2013, sabe moverse por terrenos sentimentales sin llegar a excederse y el resultado es una hermosa propuesta narrada con delicadeza y buen gusto. Además, y con una trama así, "De tal padre, tal hijo" consigue que el espectador no pueda evitar caer en el "¿Y qué haría yo?"
Recomendable.
CALIFICACIÓN: 7-8
Aunque el título con el que se nos presenta este filme belga es bastante apropiado, el original es "The broken circle breakdown". La película fue una de las candidatas al Oscar de Hollywood a la mejor producción en lengua no inglesa en la edición que finalmente premió a la italiana "La gran belleza". Su candidatura podría resultar obvia dada la ferviente pasión de su protagonista por la cultura norteamericana... Un músico country en Gante no es precisamente muy habitual. Pero también podría deberse a que es una película cargada de tensas emociones que apelan, a veces descaradamente, a la sensibilidad del espectador.
La película nos narra la historia de amor de Didier y Elise, dos personajes que saben compenetrarse a pesar de sus diferencias y que tendrán que enfrentarse a la más cruel de las situaciones: la gravísima enfermedad de su hija de seis años.
Hasta que el filme se centra en las diferentes maneras de reaccionar ante el dolor de sus dos protagonistas, el espectador asistirá a una película en la que no parece que se le esté contando algo muy novedoso y en la que se combinan secuencias magníficas con algún que otro momento que cae en el melodrama trágico más convencional. Eso sí, el trabajo de sus dos protagonistas es desgarrador y, sin duda, lo mejor de la cinta.
En su segunda mitad, cuando nos metemos en materia, las posturas que adoptan sus personajes están bien definidas pero pretendiendo ser trascendental abusa de lo explícito y se sirve de algún momento forzado para machacar en el mensaje de sus protagonistas.
En definitiva, la película consigue conmover y está bien realizada e interpretada, pero no llega a ser un producto redondo.
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