BEGIN AGAIN. Dirección: John Carney. Guión: John Carney. Fotografía: Yaron Orbach. Música: Gregg Alexander. Intérpretes: Keira Knightley, Mark Ruffalo, Hailee Stenfield, Catherine Keener, Adam Levine, James Corden, CeeLo Greeen, Mos Def.
En 2006 el irlandés John Carney salió a la palestra con una pequeña historia de amor y música que deslumbró en el festival de Sundance, ganó un Oscar y dio origen a un musical de Broadway. "Once"es una joya del cine independiente que quizás no tuvo el resultado en taquilla que hubiera merecido. No sé si la pretensión de llegar al gran público es lo que ha movido a John Carney para jugar con los mismos elementos a la hora de llevar a cabo "Begin again". Es cierto que el argumento de ésta no tiene nada que ver, y la trama transcurre en Nueva York y no en Dublín, pero da la impresión que esta historia de canciones y relaciones sentimentales es una versión más ideada para el gran público que "Once".
Por el camino se ha perdido la delicadeza de aquélla y algo de frescura y autenticidad, pero eso no hace de "Begin again" una propuesta indigna. El filme cuenta con un guión muy bien estructurado y sin llegar a emocionar, se disfruta con agrado de principio a fin. Hay veces en los que el recurso fácil y ñoño asoma por alguna ranura pero se nota el empeño de su autor en intentar alejarse de lo convencional. Además, cuenta con la presencia de Catherine keener, rostro habitual del cine independiente, para recordarnos que bajo las pegadizas canciones y los toques de cine comercial aún queda algo de personalidad en esta película, y creo que esto lo demuestra con un muy acertado desenlace.
Mark Ruffalo y Keira Knightley.
Sin duda, la gran baza de "Begin again" es la química entre los protagonistas Mark Ruffalo y Keira Knightley, ambos están estupendos y llevan a la perfección el peso de la película. El debut de Adam Levine (líder del grupo Maroon 5) no pasará a la historia pero resulta correcto. También cumple Hailee Stenfield (la niña de "Valor de ley" de los hermanos Coen), aunque la subtrama que protagoniza se la parte más floja del filme.
Knightley y Adam Levine.
Lástima que en esta ocasión no haya contado con las canciones de Glen Hansard y Markéta Irglová, pero el trabajo de Gregg Alexander entona bien con el estilo comercial, pero no excesivamente empalagoso, del filme. Además, la fusión de música con escenarios neoyorquinos supone un aliciente bien aprovechado.
En definitiva, una película que al menos distraerá y entrará bien a los más exigentes y que indudablemente encantará al público más juvenil: especialmente para aquellos que se encuentren ente los "diecimuchos" y "veintipocos".
CALIFICACIÓN: 6-7
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